La primera planta de biocarburantes con orujillo del mundo se inaugurará el 23 de marzo

La primera planta de biocarburantes con orujillo del mundo, usa por primera vez la tecnología ‘Kurata’ para lograr biocombustibles de segunda generación al reciclar biomasa.

Esta planta se inaugurará el próximo 23 de marzo y es pionera en el mundo respecto a un sistema que permite el procesamiento de prácticamente todos los residuos para obtener biocarburantes: diesel, gasolina y queroseno. Ha sido probado con éxito en Japón para el tratamiento de fuel pesado, plásticos y aceites minerales, pero no existe ninguna experiencia comercial con biomasa de este proceso, a nivel mundial. Su construcción supone la generación de aproximadamente diez puestos de trabajo y su funcionamiento continuo durante 7.500 horas al año empleará a 14 personas.

Destaca por el mínimo consumo energético, el uso de materia prima autóctona (orujillo) y el no consumo de agua y, además, evitará la emisión a la atmósfera de 26.100 toneladas de CO2.

Desde un punto de vista económico, se obtiene un combustible rentable y ecológico, con un proceso limpio y cuidadoso con el medio ambiente, generando riqueza de un producto (residuos de la agricultura, ganadería e industria) que resulta contaminante y perjudicial para el medio ambiente.

Vía: europapress.es


Reciclar plástico para la obtención de combustible

La gestión de residuos plásticos, hoy en día supone un importante problema medioambiental. Sólo en Europa Occidental se generan anualmente 24 millones de toneladas de residuos plásticos, de los cuales un 53% se deposita en vertederos, un 29% se somete a incineración con recuperación de energía, y únicamente un 18% se recicla, fundamentalmente mediante métodos mecánicos (16%).

Como alternativa interesante existe el reciclado químico, con el que se pretende la transformación de residuos plásticos en productos químicos de interés o combustibles. Sin embargo, en la actualidad, esta vía sólo representa un 2% del total, ya que requiere un alto coste y un mayor desarrollo tecnológico, aunque a la larga saldría rentable.

Dentro del reciclado químico de residuos plásticos, pueden aplicarse diferentes tecnologías. El grupo de Ingeniería Química y Ambiental de la URJC trabaja, en la actualidad, en la investigación del hidrorreformado catalítico de los productos derivados de craqueo térmico de residuos poliolefínicos, utilizando catalizadores bifuncionales y el craqueo catalítico de poliolefinas, utilizando catalizadores ácidos.

La finalidad de este estudio es obtener combustibles de automoción tipo gasolinas y gasóleos.

Vía: mi+d


Los residuos, importante fuente de biogás según Suecia

Una estrategia planteada por el gobierno sueco propone aprovechar la basura doméstica y los residuos alimentarios de los restaurantes como fuente de energía, para su explotación como materia prima y duplicar la producción de biogás del país mediante la digestión anaeróbica de residuos alimentarios. Además, podría reducir la emisión de metano proveniente de los vertederos, uno de los gases asociado al calentamiento global.

Detrás de estas propuestas está la necesidad de reforzar la competitividad industrial mediante un uso más eficiente de los recursos y de reducir la dependencia de los combustibles fósiles por parte del sector energético sueco. La producción de electricidad y la calefacción son los dos usos del biogás con mayor potencial, aunque también se postula como una valiosa alternativa a la gasolina y al gasóleo en algunas aplicaciones de transporte local. En el caso del transporte, el problema radica en la necesidad de crear una red de distribución muy costosa capaz de manipular grandes volúmenes de gas.

Con todo, el biogás compite en igualdad de condiciones con otras fuentes de energía de origen vegetal.

Vía: Unión Europea


Máquina que convierte las bolsas de plástico en combustible

Un inventor japonés, Akinori Ito, ha creado una máquina que  transforma las bolsas de plástico en combustible. 

La máquina, calienta el plástico y atrapa los vapores por medio de un sistema de tuberías que enfrían y condensan los vapores y los transforman en crudo. Este petróleo puede usarse directamente en generadores y estufas, aunque si se refina, puede usarse como la gasolina convencional.

Obviamente, quemando el petróleo también se libera CO2 a la atmósfera, pero en este caso, al petróleo usado para fabricar las bolsas se le da un doble uso, en lugar de enviarlas directamente a un vertedero, lo que también supone una reducción del consumo en el transporte.

Vía: Blest Corporation