La Cepesma pide más control del pescado tras hallar tumores en varios delfines

Trece delfines vararon en el mes de julio en la costa asturiana. Siete fueron devueltos al mar con vida y el resto fueron trasladados a las instalaciones de la Coordinadora para el Estudio y la Protección de las Especies Marinas (Cepesma), donde realizaron sus necropsias. Los resultados: ejemplares con parasitaciones abundantes, quistificaciones y tumoraciones. La entidad que dirige Luis Laria lleva tiempo observando muertes de delfines con cuadros clínicos similares. De ahí que Laria proponga ahora que el pescado de consumo pase por controles más exhaustivos para garantizar su salubridad. Avala sus palabras en las similitudes existentes en la cadena trófica de los delfines y los humanos.

Los parásitos, quistes y tumores detectados en delfines no son lo único que, a día de hoy, preocupa a Laria. «Se deberían hacer también análisis de metales pesados y radiactividad al pescado», aconseja. ¿La explicación? «A cuatrocientas millas de la costa cantábrica está el mayor cementerio radiactivo del mundo».

Precisamente en relación con los metales pesados, el Ministerio de Sanidad a través de la Agencia Estatal de Seguridad Alimentaria y Nutrición desaconsejó a principios de verano el consumo de atún rojo y de pez espada tanto a los niños menores de tres años como a las embarazadas. Advirtieron entonces de su alto contenido en mercurio. La entidad, por el momento, ya se ha puesto manos a la obra para detectar la posible incidencia de metales pesados y radiactividad en el pescado. Estudiarán calamares hallados muertos en la Fosa de Hércules (Coruña).

Sobre la anisakiosis humana, el sitio de localización más frecuente es el estómago e intestino, pero también se han descrito cuadros extradigestivos, de acuerdo al informe elaborado por el Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) sobre la incidencia de la eliminación del pescado o partes del mismo en relación con la reducción de la prevalencia de la anisakiosis humana. Parte de este problema, según las mismas voces, se debe al vertido al mar de las vísceras y otros restos de peces y cefalópodos, lo que incrementa la prevalencia de anisakis en las especies marinas. «Los delfines nos están diciendo lo que hay. Cualquier incidencia que sufran estos animales la podemos padecer los humanos», concluye Laria.

delfin varadoVía: lne.es

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